De acuerdo con La Presencia de Tlalpuhajuenses en la Reconquista de Nuevo México, Rick Hendricks, Universidad de New Mexico: Un nativo de Tlalpujahua, Juan de Tafoya Altamirano, fue uno de tres hijos de Juan de Tafoya Altamirano de Estrada y de Felipa Jaguada de Ulloa (también nativos de Tlalpujahua) que vinieron a Nuevo méxico para servir con el Gobernador [Diego de] Vargas. En fecha que desconocemos, se casó con Josefa Pacheco. Ella murió antes de 1701. En 1708 Tafoya se casó en segundas nupcias con doña María Durán y Cháves, hija del capitán don Fernando Durán y Cháves, cabeza de la famila quizás más distinguida de su época, y de su esposa doña Lucía Hurtado.
Cuando Juan vino de Tlalpujahua a Nuevo México trajo consigo a Francisco Martín, un indio Otomí. Martín había sido un sirviente en la haciendo del padre de Juan de Tafoya, situada entre Tlalpujahua y Maravatío. Ese hecho se dio a conocer en 1711 cuando Martín dio testimonio en una causa contra su amo por ser sedicioso y traidor.
Según los autos del proceso, Juan de Tafoya había viajado a México con una carta del custodio de Nuevo México, fray Juan de Tagle. Fray Juan y Tafoya se quejaban al virrey de los excesos cometidos por los oficiales de la provincia, desde el gobernador hasta las justicias locales. El custodio indicó que los indios de Nuevo México estaban a punto de sublevarse. A su vuelta a la provincia, al llegar al Paso del Norte, Tafoya les dijo a los líderes locales que un juez vendría para escuchar sus quejas en contra de los oficiales. Pero un sirviente, Piro de Tafoya, les dijo a los principales de los indios Sumas, Mansos y Piros otra versión del relato: según él, un oficial vendría de México para matarles y llevar a sus mujeres e hijos presos a la capital novohispana. El resultado de estos relatos fue la huida de la gran mayoría de esos indios a las montañas cercanas. Sólo con la intervención del general Antonio de Valverde Cosío fue posible negociar una paz y evitar una rebelión sangrienta.
Después de una larga investigación en El Paso y de una revista de la misma por las autoridades en México, Tafoya fue condenado in absentia, pues se hallaba fugitivo. Era culpable de sedición por haber divulgado rumores maliciosos en contra de los oficiales de Nuevo México y por haber fomentado la sublevación de los indios, ya que fue responsable de las acciones de su sirviente.
Juan de Tafoya había escapado río arriba, más adentro en la provincia de Nuevo México. Días después de que el fiscal del virrey en México empezara su revista de los informes sobre las actividides sediciosas de Tafoya, el gobernador de Nuevo México, el Marqués de la Peñuela, dio orden para su detención. Tafoya había viajado de pueblo en pueblo escondiéndose en las iglesias y causando dificultades. al igual que hizo en el Paso del Norte, Tafoya relataba lo del juez que vendría para investigar los excesos de los oficiales locales. Eventualmente, fue atrapado en la iglesia del pueblo e Nambé. Aunque podía haber sido condenado a muerte, sabemos que esta sentencia no fue aplicada. Al final de cuentas sus provocaciones no trajeron consequencias insuperables, y la pena de muerte fue aplicada rarísimas veces en Nuevo México. Años después, Juan y sus dos hermanos hicieron varias peticiones para mercedes de tierras de Nuevo México, todas sin éxito.
[Note: There exists a record of a request for a grant filed 8 June 1724, under the name of Juan Tafoya which requests that Governor Juan Domingo de Bustamante grant to Juan and Antonio Tafoya 86,000 acres in the counties of Rio Arriba, Los Alamos & Sandoval. The column for the number of acres confirmed remains blank. Sources: PLC 266 (53/694-711) and Bowden 1153-1154].